sábado, 23 de abril de 2022

Imprescindibles en Jordania

 

Wadi Rum

Mi primera experiencia en un desierto me la regaló este fantástico país. En 2012 tuve la suerte de poder viajar con un grupo de amigos entre los que se encontraba una amiga jordana. Así que imaginaos el privilegio de visitar un país de la mano de quién ha nacido y crecido en él. Mi amiga y su hermano fueron unos guías insuperables. Nos llevaron a cada rincón que nos dio tiempo sin dejar de disfrutar cada momento.

Volamos de Barcelona a Amman con Lufthansa vía Frankfurt. En Ammán nos hospedamos en un hotel en la zona de negocios, no puedo deciros el nombre, porque no lo recuerdo. No era lujoso, pero tenía todas las comodidades necesarias para descansar. En mi segundo viaje a Ammán que fue totalmente diferente y por motivos muy distintos, me hospedé en un hostal en el centro de la ciudad, que me pareció súper recomendable por la ubicación.

Petra
En aquella primera expedición visitamos la famosa Petra. Como era Junio y el calor apretaba, dormimos en un hotel cerca de allí y madrugamos para estar a primera hora en el recinto y así ahorrarnos el calor y las multitudes. Hacia mediodía, cuando el calor apretaba, habíamos acabado nuestra visita y nos sentamos en un chiringuito a la sombra a tomar un té helado con limón y hierbabuena a modo de reconstituyente. Volvimos al hotel para comer y como tenía piscina pasamos la tarde relajados. Por la noche, volvimos al recinto para ver Petra de noche, había música en semi directo, alguien tocaba un instrumento con otra música de fondo, creíamos que sería muy espectacular, pero bueno, fue bonito. No sé si habrán cambiado el sistema después de tantos años. La entrada a Petra nos costó bastante cara, pero valió totalmente la pena.




Nuestra experiencia en el desierto de Wadi Rum fue inolvidable. Contratamos la excursión en 4x4 y el alojamiento con cena y desayuno con Bedouin CampLife y fue todo muy bien. Las Haimas tenían camas y mantas, los lavabos no tenían agua corriente, pero había botellas de agua para lavarse y beber. La cena y el desayuno fueron espectaculares y lo mejor fue madrugar para ver salir el sol delante de aquella inmensidad. De verdad que no os lo podéis perder.

Wadi Rum

La otra experiencia inolvidable para mí y que me marcó mucho fue nadar en el Mar muerto. Estar en aquel lugar lleno de historia y con esa energía fue muy especial. Fuimos a una playa pública que tenía acceso pagando 10 euros y tenías duchas, piscinas y zona de bar. Se agradece sobre todo el tema de las duchas, porque el agua salada pica bastante si tienes alguna heridita en el cuerpo. El agua del mar muerto es muy muy salada, como ya sabréis está por debajo del nivel del mar y en sus aguas no hay ningún tipo de vida.

Al llegar encuentras un gran cartel con las recomendaciones a seguir, por supuesto no debes sumergir la cabeza ni siquiera con los ojos cerrados, ya que al abrirlos una sola gotita pica lo que no os podéis llegar a imaginar. Lo mejor es nadar de espaldas y vigilando no salpicarse, en serio. También debéis tener cuidado con la corriente, porque una está allí flotando y se deja llevar y cuando quieres volver a la orilla nadando de espaldas (porque de otra forma es bastante difícil) notas que cuesta volver. En la orilla hay barro que se usa como un ungüento corporal, dicen que es muy bueno para la piel, yo lo que sé es que nos echamos unas risas con el barro. La otra opción es ir a un hotel o recinto con acceso privado al mar muerto, la entrada será más cara y no tiene la misma gracia que bañarte al modo local, para mi punto de vista.

Normas en el mar muerto

El Mar rojo es otro imprescindible en Jordania. En Aqaba,  si os gusta el snorkel podéis alquilar el material o coger un barquito y disfrutar de cantidad de peces de colores. Tened en cuenta que en junio las temperaturas eran de unos 40 grados...

Aqaba - Mar Rojo

Monte Nebo

Madaba es famosa por los mosaicos de su iglesia y el Monte Nebo te deja ver desde la altura los territorios de alrededor, llenos de historia y de valor espiritual para muchas personas en el mundo.






Amman

Antes de acabar nuestro viaje nos paseamos por la ciudad de Amman como buenos locales, tomando un té y un trocito de deliciosa knefa (dulce típico) y comprando en el zoco para luego ir a degustar una deliciosa barbacoa en casa de los padres de mi amiga, pero no visitamos ningún museo ni monumentos. En mi siguiente viaje a Jordania, tuve algo más de tiempo y pude disfrutar un poco más de las maravillas de esa ciudad. En lo alto de la cual, puedes visitar la ciudadela y en el propio centro hay un anfiteatro romano, donde pasar un rato cuando cae el sol es una buena experiencia. También visitamos el castillo de Ajlun que está cerca de Ammán, en bus. Os lo cuento en otro post. 

Con todas sus peculiaridades Jordania es un país que merece una visita de al menos una semana. Os lo recomiendo 100%.

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